miércoles, 5 de abril de 2017

En Triana la Esperanza

  ¿Cómo te hablo yo de mi hermandad? ¿Cómo  hago para expresar algo como Triana? ¿Cómo te cuento sentimientos que vienen desde pequeño? ¿Dime como ordeno tantos recuerdos? Algo que viene de familia y que recuerdas desde que tienes uso de razón.

  Recuerdo como mi padre, nos despertaba a eso de las 5:30 y nos sentabamos delante de la tele. Y veíamos como Triana conquistaba el corazón de Sevilla. Llegaba Rafael a lomos de Calamar, un izquierdo, otro, otro, otro, tres pasos atrás, y vámonos con Triana miarma. Mi padre se emocionaba, mi hermano y yo no podíamos estar quietos en el sofá. - Papá vámonos ya. Le decíamos. Mi padre decía, - Tranquilos que ahora viene la Trianera. Y viene ella, tan trianera, tan elegante, con esa luz blanca que tiene, con ese derroche y exceso que sólo ella sabe llevarlo.

  Y nos vamos en busca de ellos. En el amanecer trianero, se respira que el vecino mas antiguo de la calle pureza lleva toda la noche cayendo en Sevilla, y su barrio está deseando levantarlo, pero Triana es tan distinta, que levanta al compás.

  Al ver por primera vez al moreno, me harté de gritar oles, tenía 8 años, mi hermano 4, yo lo miraba a el y su cara de asombro era la cara que tenía el día de reyes. Me acuerdo que mi padre me dijo cuando le pregunté, - Papá, ¿Qué le dice el romano? Mi padre me contestó - Viene diciéndole al Señor donde esta Triana.

 Y al verla a ella, sentí mil cosas a la vez, ¿Como puede enamorarme siendo tan pequeño? Viendo a la gente de tu barrio volcado contigo,  viendo a mi padre llorar, como yo lloraba porque no quería que te fueras, y ya de mayor, ¿Por que me duele tanto verte marchar? Me duele como perder a una madre, pero si se que estas todo el año en tu calle pureza para oirme y rezarte, para guiarme por el sendero de la vida, para coger el timón de mi vida, igual que navegas tu cada madrugada repartiendo esperanza a todo el que lo necesita. Tu cara, tus manos, tu pañuelo que siempre seca las lágrimas de todo aquel que a tus plantas se postra, y yo me postré, porque aunque caiga en Triana, siempre me levantaré si así lo quieres otra vez.

1 comentario:

  1. Un relato realmente precioso, no hay palabras para describir lo que Triana puede hacer sentir a cada uno de nosotros.

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