viernes, 17 de febrero de 2017

Cuando llega La Paz

De blanco impoluto, así encontramos cada nazareno que atraviesa Rio de la Plata y se acerca a San Sebastián, es Domingo de Ramos y El Porvenir se tiñe de blanco Paz.

Dan la 1 de la tarde, es la primera de la Semana Santa en salir y la caballería ya espera que se abran las puertas. Por fin llega ese momento, las puertas de par en par y el sol comienza a alumbrar el atrio y el interior de la iglesia con fuerza. Tramos de nazarenos comienzan su discurrir, la caballería interpreta sus sones, la primera del Domingo de Ramos está en la calle.

Se escucha el martillo, desde el interior se llama a la cuadrilla, en mi recuerdo siempre está la llamada a Osuna, la llamada mítica que eleva al cielo el primero de los pasos. El paso del Señor de la Victoria, los legionarios del Señor de la Victoria levantan al cielo al Señor que mira al cielo mientras recibe la cruz completamente entregado a su pasión que lo llevara a muerte de cruz en el Calvario. Cristo acepta esa pasión reflejada en su mirada que busca su refugio en el Padre.

Se acerca el momento de Ella, un palio blanco para una Virgen que irradia Paz por donde quiera que pasa, aún reciente esos momentos vividos en su coronación que abarrotó Sevilla. En ti Madre recaen mis plegarias, ante tantas guerras y violencia, en ti Madre pongo mis súplicas que cesen ya, que seas tu la que reines, que sea tu belleza la que brille, y que sea en tu parque donde te encuentre, en una chicotá eterna, alli contigo, con mi Paz, me quedo yo para siempre.

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